lunes, 20 de diciembre de 2010

El paseo después de una cena

Le miro sus nuevos tacones y le digo "Amiga, estrenemos nuestros zapatos, mis botas también son nuevas".
ellos nos miran con ojos de impaciencia y de no saber, y eso me lleva a un placer inmediato que hace que ya no pueda parar mis intenciones.
"Preparadnos un trono a cada una, alejaos un poco y arrodillaos; entonces venid cómo debéis hacerlo"
Y llegan hasta nuestros pies y comienzan a limpiar con la lengua nuestros zapatos con un fervor que me sorprende. Avanzan rápido sin pensar que les sería mejor saborear el momento haciéndolo más largo.
Cuándo me parece que zapatos y botas brillan ofrezco cambiar de perro lamedor con la Amiga.
"Cada uno limpiará el pie que falta a la Otra"
Y siguen, con su nueva bota y su nuevo tacón.
"Hablemos Amiga, es cómo estar en una peluquería, no te parece?"
Nos divierte y excita.
No voy a poder evitar levantarme y caminar sobre ellos, y lo sé desde que les vi arrodillarse y venir a cuatro patas.
"Caminemos, nuestros tacones no son de aguja pero aún tienen la punta muy afilada esta noche"



2 comentarios:

  1. y tan afiladas.... Me alegro de que te brillaran los zapatos. Gracias por esa noche y por todas.

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  2. Maravillosa noche, maravillosas botas y tacones,
    pero mucho más maravillosas Amas. Lo pasé de maravilla; gracias por una velada maravillosa.

    Como han cambiado las mujeres; en una mano el movil y en la otra el cigarro...¿no es mejor en una la correa y en la otra el látigo? Gracias Lady Nivea por deleitarnos y recordarnos donde colocarnos en la foto....

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