lev ya contó aquí sus impresiones en la entrada anterior; la Lady también cuenta las suyas.
Llegamos al lugar. Gente amable. Una mazmorra a casi estrenar. lev con ojitos serviciales. Muchas argollas y detalles por todos lados muy inspiradores.
Algunos se pusieron a jugar y me encantó verles hacerlo. Elegantes.
Con la excusa de tomarle una foto a lev con un cepo puesto (aún no sabía que era una excusa...), le puse esa maravilla que le mantenía postrado ante la pared.
Me gustó tenerle así, entonces me fuí a charlar con gente mientras le miraba allí inmóvil.
Mi lev, estaba guapísimo.
No pude evitar (ni quise hacerlo) bajarle los pantalones para azotarle con la palma de mi mano. No habíamos traído nuestros juguetes! Pero una mano amiga me ofreció los suyos. Un gato más largo que el nuestro, una manito de hípica, y unas cuántas cañas muy cañeras.
lev lo hízo genial, inmóvil recibiendo los azotes con placer. Era la primera vez que era azotado en público. Paraba para besarle la nuca y olerle.
Me sentí orgullosa de lev, afortunada y enamorada.
Quiero Más!
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